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Cómo puede una pequeña decisión cambiarte la vida

Actualizado: 7 abr 2021


Las decisiones es el proceso de elección entre varias opciones o formas para resolver diferentes situaciones de la vida en diferentes contextos: familiar, laboral, sentimental o empresarial.

Todo comienza por una decisión, nuestro día, la jornada laboral y lo que nos rodea.

La toma de decisiones tiene consecuencias positivas y negativas, que pueden afectar nuestra manera de ser o de ver la vida. Cada decisión que tomamos conforma nuestra realidad actual. Conforma a quienes somos como persona, porque por hábito llevamos a cabo acciones sin siquiera darnos cuenta de ello.

A continuación, te mencionamos algunas claves para la toma de decisiones y las queremos compartir con ustedes.

Date cuenta del poder de tomar una decisión

Antes de que comiences a tomar decisiones, debes de comprender lo que una decisión hace. Cualquier decisión que tomes desata una cadena de eventos en movimiento. Cuando decides sacar un cigarro para fumarlo, esa decisión puede llevarte a que saques otro más tarde para obtener la misma sensación. A lo largo del día es posible que hayas terminado con una cajetilla sin darte cuenta. Pero si decides no fumar ese primer cigarrillo, y tomar una decisión cada 5 minutos para enfocar tu atención en otra cosa cuando sientas el antojo, tus antojos eventualmente se irán desvaneciendo y dejarás de fumar, pero todo se reduce a tomar esa primera e importante decisión.

Sigue tu instinto

Muchas veces tomamos demasiado tiempo en tomar una decisión porque tenemos miedo de lo que pueda suceder, y como resultado, vamos con las cosas como planeándolas muy cuidadosamente, con profundo análisis y los pros y contras antes de decidir. Este es un proceso que consume mucho tiempo. Es mejor aprender a confiar en tu instinto. La mayoría de las veces tu primer instinto es generalmente el correcto, aquél con el que verdaderamente te sientes a gusto. Aún cuando tu decisión te lleve a cometer un error, apoyarte en tu intuición te hace una persona más decisiva, comparada con otro que tarda todo el día en decidir.

Comprométete con tu decisión

Cuando tomes una decisión, comprométete con ella y llévala a cabo. Comprométete con una decisión real. ¿Y qué es una decisión real? Es cuando decides sobre algo y con base en esa decisión se actúa. Porque no tiene sentido tomar una decisión y darle vueltas en la cabeza sin hacer algo al respecto. Eso es lo mismo que no tomar la decisión. Si quieres cambios reales en tu vida, tienes que hacer un hábito de actuar en base a tus decisiones hasta completarlas. Haciendo esto muchas veces, te sentirás más confiado tomando más decisiones porque todo es cuestión de práctica.

Diles a otros sobre tus decisiones

Hay algo que te empuja a completar una decisión cuando se lo cuentas a alguien más. Por ejemplo, si eres de los que te cuesta trabajo iniciar el día temprano y tomas la decisión de levantarte todos los días a las 6 de la mañana, platícale a alguien tu compromiso, para que la presión te apoye en el logro de tu cometido. Utiliza tu despertador para que suene todos los días a las 6 de la mañana, durante un mes, hasta que se haya hecho un hábito, y verás cómo después, te despertarás un minuto antes de que la alarma suene. La motivación de sentirse obligado con alguien que nos importa, nos ayuda a seguir adelante hasta lograrlo.

Aprende de tus decisiones pasadas

Cuando falles al lograr algo que decidiste la primera vez, no debes darte por vencido, sino preguntarte qué es lo que puedes hacer para que una próxima vez no falles. La verdad es que si va a haber fracasos en algunas ocasiones cuando tomes decisiones, pero en lugar de reprenderte a ti mismo, aprende algo de ello. Pregúntate qué cosa estuvo bien y qué cosa estuvo mal de esa decisión que tomaste, pregúntate lo que puedes aprender de esto para que tu siguiente decisión respecto a este asunto sea mejor que la anterior. No pongas muchos énfasis en los resultados a corto plazo, más bien céntrate en los de largo plazo. Son cambios que puedes ir logrando y que lograrás con la práctica y el tiempo.

Mantente abierto a las opciones

Tomar una decisión no quiere decir que no puedas estar abierto a otras opciones. Por ejemplo, digamos que tomaste la decisión de perder 5 kilos en un mes por medio del ejercicio. Si algo se atraviesa, hay otras opciones que puedes tomar para cumplir con esa meta, la decisión importante fue la de perder esos 5 kilos, el cómo puede variar. No seas empecinado y dale la bienvenida a todo nuevo conocimiento que te permita lograr lo que deseas.

Diviértete tomando decisiones

La última recomendación es que disfrutes del proceso. Tomar decisiones puede no ser lo más divertido del mundo, pero cuando lo haces seguido se convierte en un juego de oportunidad. Aprenderás mucho sobre ti mismo en el camino, te volverás más seguro de ti mismo y con otros, y tomar decisiones se te hará mucho más fácil de tal forma que con el tiempo ya ni siquiera pensarás en ello conscientemente.

Las decisiones que tomas ahora, tienen un efecto en el futuro. Examina cómo estas accionando. ¿Qué decisión puedo tomar hoy que me ayude crear un mejor mañana? Comienza por aquellas decisiones que te den tranquilidad y paz.


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