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LA PAREJA: SUS MUNDOS Y LA COMUNICACIÓN



En este artículo ahondaremos en el tema de la pareja, cómo diferenciar lo que se vive en pareja y de manera individual, es decir, los mundos, así como las claves que les permitirán tener una comunicación eficaz.


En toda relación deben ser detectables y claramente observables los tres mundos: el tuyo, el mío y el nuestro. Esto se refiere a que es indispensable cierto grado de individualidad; no importa qué tan intenso sea el vínculo afectivo, cada uno disfruta de intereses, actividades y relaciones propias en las que no es necesario que participe el otro y deben ser respetadas por cada miembro de la pareja.

El mundo de cada uno debe estar equilibrado y esto sucederá si no cometemos el error de limitarnos.


En este artículo analizaremos el mundo de ambos y porque son esenciales las proporciones adecuadas.


En general, se considera que hay tres áreas dentro del mundo de la pareja: la social-operacional, la familiar y la exclusiva de nosotros.

La social-operacional se refiere a todas las actividades que en la pareja realizan ambos para mantener la vida de la misma, se incluirían aquí el arreglo o decorado de la casa, compra de víveres y actividades sociales y recreativas con relaciones o amigos de la pareja, por ejemplo, cenas o reuniones con amigos, visitas o viajes con otras parejas.


La familiar se refiere a la vida y actividades de la pareja con el hijo o los hijos (si los tienen), padres, hermanos y demás familiares de cada uno. Aquí se incluyen celebraciones de cumpleaños y otras fechas conmemorativas o importantes para la familia.

Por último, el área exclusiva de nosotros, es en la que se encuentra la necesidad que existe en toda pareja de tener su propio mundo, intereses y actividades en las que solo participen ellos.

Es sorprendente cómo muchos problemas y conflictos de pareja e incluso familiares y laborales, se pueden solucionar y volver productivos si se utilizan unas cuantas simples reglas de comunicación:

  1. No calificar al otro. No utilizar adjetivos para descalificar a la pareja, ni los consabidos “tú me hiciste esto o lo otro”…

  2. Hablar en primera persona. No es lo mismo que una persona reciba el mensaje: “tú me lastimaste” a que reciba el mensaje, “me siento lastimado”. El primer mensaje responsabiliza al otro de nuestro sentimiento y se vuelve una agresión; en cambio, el segundo es la expresión auténtica y responsable del propio sentir.

  3. No traer el pasado al presente. Existen parejas que cuando tienen un problema, no es raro que saquen la lista de los problemas o fallas que ocurrieron hace muchos años. Esto se vuelve un callejón sin salida pues nadie puede deshacer algo que ya sucedió y si esta situación es reclamada como actual, genera impotencia y se vive también como una agresión. No se trata de olvidar, sólo es convertir ese dolor o esa molestia del pasado en algo propositivo que no deseamos que vuelva a suceder.

  4. No utilizar en la comunicación ninguna de las cuatro palabras fatídicas: siempre, nunca, todo y nada. Estas son palabras absolutistas que a todas luces son falsas. Esto es, decir “todo te molesta” es totalmente falso, alguna vez algo no le molestó; igual decir “nada te gusta” es falso, alguna vez yo le gusté; decir “siempre estás de mal humor” también es falso. Cuando una persona recibe uno de estos comentarios la pareja entra en un callejón sin salida utilizando generalizaciones absurdas y que son vividas como agresiones.

Es cierto que todas las parejas son distintas y establecen acuerdos dependiendo de su funcionalidad, solo recuerda que no debes perder de vista que la comunicación y el balance son dos puntos fundamentales para no perderte en el mundo del otro y disfrutar de la relación.

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