Muchas veces hemos escuchado la frase “La culpa no sirve para nada”, pero… ¿es esto cierto?
La culpa normalmente es útil para responsabilizarnos y aprender de nuestros errores, sin embargo, es importante conocer que no siempre es así, lo que nos lleva a indagar más sobre los dos tipos de culpa: la real y la existencial.
LA CULPA REAL
Se da cuando con o sin intención, generamos un daño a alguien a través de nuestras decisiones. Cuando esto sucede, lo recomendable es hacernos responsables de las consecuencias, ya sea pidiendo perdón o aprendiendo de la situación.
Un ejemplo de lo anterior es cuando estamos dentro de un equipo de trabajo y no nos responsabilizamos de la parte que nos corresponde sabiendo que esto afectará a nuestra calificación y a las de los demás. Si decides hacerlo, es importante que tomes responsabilidad de tus acciones y enfrentes las consecuencias: que pueden ser despidos o una llamada de atención. Sin embargo, puedes aprender de esta situación y podrías buscar la manera de poder entregar tu mejor versión la siguiente vez que se presente la oportunidad de trabajar en equipo. Entonces, en la culpa real lo importante es asumir la responsabilidad de tus propias acciones y responder reparando daños o aprendiendo de ellos.
LA CULPA EXISTENCIAL
Por el contrario, es la que, en realidad, no te corresponde y no tienes responsabilidad respecto a las consecuencias negativas que hubo, pero tú mismo/a te la atribuyes o aceptas una responsabilidad que no te compete cuando son otros los que te la quieren atribuir.
Un ejemplo muy común se da en las relaciones interpersonales; cuando dos personas discuten y uno de ellos se distrae, se tropieza con algo y voltea a ver a la otra persona y le dice “por tu culpa me tropecé”, sabemos que evidentemente la otra persona no tiene la culpa, pero, si decide aceptarla, probablemente será un problema en un futuro dentro de la relación, tanto para la persona que acepta la culpa, como para la persona que no se hace cargo de sus consecuencias. El problema con la culpa existencial es el castigo inconsciente que nos ponemos al asumir una culpa que no nos está dejando ninguna enseñanza porque no fue responsabilidad nuestra, esta culpa puede seguir afectándonos por años en nuestro existir diario.
CONSEJOS PARA AFRONTARLA:
· Pregúntate: ¿lo qué hiciste con o sin intención podría tener una consecuencia negativa?
· Si la respuesta es sí, entonces responsabilízate de lo sucedido o busca aminorar la consecuencia.
· Si no se puede remediar, necesitas aceptarlo y aprender de lo sucedido para no volver a cometer ese error.
· Si al cuestionarte te diste cuenta que no eres responsable de esa culpa porque no fue una decisión o acción tomada por ti y no te corresponde hacerte cargo de las consecuencias, es importante poner límites a la persona que quiere otorgarte esa culpa y sobre todo, entender que no obtendrás ningún aprendizaje pues no fue a causa de tus decisiones. Además, le estás quitando la oportunidad a esa persona del aprendizaje y el crecimiento que genera cualquier error.
No olvides la culpa real nos responsabiliza, nos da aprendizaje y crecimiento, pero la culpa existencial es a la que nos referimos en la frase del principio de este artículo “la culpa existencial no sirve para nada” y es que esta vida es demasiado corta como para estar cargando culpas que no nos corresponden, ¿no crees?
Fuente
Comentários