Un día al sentirme desesperada, le reclamé a la vida diciéndole: “He buscado incansablemente la sabiduría, alegría, bienestar y amor, me he esforzado mucho a lo largo del tiempo pero no he logrado alcanzarlas o disfrutarlas plenamente. ¿Porqué se alejan?, ¿porqué se esconden?, ¿porqué me abandonan?”
Su respuesta fue contundente…
Eso que planteas es imposible porque tú eres todas las cosas y en ti yace el creador de tu experiencia. No puedes estar separada de la alegría, aunque si puedes abrazar a tristeza y quedarte ahí, olvidándola por momentos.
No puedes separarte de la sabiduría, pero sí puedes aceptar falsas creencias y adentrarte en ese túnel de realidad.
No puedes separarte del amor, pero sí puedes imaginar que lo has hecho, e idolatrar la idea de soledad, menosprecio y menos valía.
¿Quieres experimentar alegría, sabiduría y amor? Entonces, ¡Recuerda quién realmente eres! Recordar significa “volver a pasar por el corazón” así que vuelve a pasar por tu corazón las alegrías, los buenos momentos, el agradecimiento y el amor, ríete de tus problemas, reconoce que los ha creado tu imaginación vana; reconoce que les ha dado vida el miedo y no el amor.
¡Despierta y disponte a re-cordar lo verdaderamente valioso!
No des cabida a pensamientos negativos y malos recuerdos como: “me ofendió, me abandonó, me rechazó, me traicionó, nadie me quiere, soy un fracaso, todo lo dejo a medias, estoy solo, a nadie le importo, etc”. ¡Olvida esa pesadilla! No idolatres imágenes falsas. Disponte a recordar lo verdaderamente relevante, no importa si en estos momentos piensas que a ti no te ha sucedido nada bueno, pues ese pensamiento está llegando a ti, simplemente, como consecuencia del malestar que estás experimentando. Recuerda lo que sabiamente dice Cenicienta cuando parece haber perdido todo: “al menos hay algo que nadie me puede quitar y es la posibilidad de soñar que algún día mi sueño se hará realidad”.
Así que despierta y comienza a soñar en grande. Sueña a pesar de todo. Sueña más allá del miedo o el dolor que has ejercitado durante tanto tiempo. Enamórate de ese sueño de amor, armonía, alegría y plenitud, con todo tu ser, pues eso es amarte y amar a Dios por sobre todas las cosas; eso es reconocer tu propia valía.
A partir de hoy comprométete a fluir con la vida y permitir que ella se haga cargo, pues como bien dicen…. “Dios nunca llega tarde y nunca abandona a sus hijos”. Como diría Gandhi: “da amor a tu trabajo, a tus quehaceres diarios, cumpliéndolos con aprecio y dicha, y así, te valorarás a ti mismo; comprende que la verdadera fortaleza no viene de la capacidad corporal, sino de la voluntad del alma; responsabilízate por tu malestar, pues nadie tiene el poder de herirte sin tu permiso”.
A lo largo de cada día, detente por momentos, respira profundamente y aprecia ese respiro. Tómate un instante para recordar el aroma de las flores, el colorido de una mariposa, la risa contagiosa de un niño, la pulpa jugosa de una fruta, la textura de la piel. Trae a tu mente la belleza de un paisaje, de un deporte, de una pintura, de una melodía, de una experiencia. agradece a tu conciencia por los dones divinos que te fueron otorgados para crear tu propia experiencia: “pensamiento, sentimiento, emoción, imaginación, palabra y acción”. Comprende que es a través de ellos que tú experimentas este plano de conciencia, es por medio de ellos que te relacionas con personas, lugares, cosas y circunstancias.
Comienza por apreciar este instante tal y como es. ¡Recuerda quién realmente eres! . Se te ha otorgado libre albedrío para que recuerdes supuestas ofensas, injusticias y/o pérdidas, o para que desarrolles la habilidad de recordar únicamente alegría, amor, éxito, fortuna, abundancia y bienestar. No importa si a lo largo del día sucedieron 10 cosas “malas” y sólo 1 “buena”, lo único que importa es quién tú eres. ¿Recuerdas “lo malo”, te la pasas rumiando pensamientos negativos y alimentando la sensación de inseguridad, insatisfacción y menosprecio? ¿o tienes la capacidad de recordar “lo bueno” apreciando la idea de ser muy afortunado y alimentando la sensación de agradecimiento y alegría?
Debes saber que la vida es expresión y expansión, ella expande naturalmente lo que tú eres, lo que tu ejercitas en tu interior: rencor, dolor, insatisfacción o aprecio, agradecimiento y alegría.
AUTORA: Magda Ruth - Namadí.
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